Recuerdo aquella noche... L.A.P.

Recuerdo aquella noche,
siempre la recuerdo
y hace mucho tiempo de eso.

Fue tan sublime lo que sentí,
tuvo la magia de una ilusión realizada.

Y tú... ¿la recuerdas?

Fue todo furtivo,
las miradas dijeron
lo que las palabras no pueden expresar
y, sin embargo, fueron tan elocuentes.

Después el roce de las manos
y luego la trémula caricia
sobre la suave y tibia clina de tu seno.

Nada más, ni un beso siquiera,
sólo una mirada,
la respiración agitada
y al final vino el despido,
el adiós con la esperanza
envuelta en el terciopelo de un suspiro.

          Y nada más...


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Llegó el adiós. L.A.P.

Llegó el adiós,
un adiós inexorable como el tiempo.

Lo sabía y, a pesar de ello,
mucho me dolió.

Los adioses son como pequeñas muertes,
algo de nosotros muere
y la herida se queda para siempre
y para siempre duele... duele.





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Como campanadas. L.A.P.

Como campanadas de campana mayor,
los días pasan graves
como deudos de cortejo fúnebre
acercándose lentamente
al cementerio del tiempo
donde las horas terminan
y la eternidad comienza.

Las ansias por vivir, como manos,
protegen la trémula llama
de la pavesa de la vida
tratando, inútilmente, de prolongarla;
mas es en vano, el fin es inexorable
y aunque el balance es justo
quiero incrementar la columna del "haber"
resarciendo un poco las deudas del ayer.

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Muere la tarde...

Muere la tarde y revive la noche
           y yo con ella.

Salen los murciélagos sacudiendo sus alas
   en busca de insectos, néctares y frutos,
y yo me encierro tratando de capturar un pensamiento,
      una palabra, un verso.

El cielo enciende sus luceros
para iluminar la llegada de la luna
y yo abro un libro que ilumine la negrura de la soledad
y el alma se llena de luz.

Despierta el día y muere la noche.


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Ven!

Ven! Espera, no te vayas.

A pesar de mi invierno
aún queda fuego bajo la nieve del tiempo.

Todavía puedo abrigar tu vida.

Mis ajadas manos pueden hacerte vibrar
y te sabré despertar con profunda ternura
momentos de inmensa dulzura.

Ven! Espera, no te vayas,
no dejes que me hunda en el abismo
de terrible soledad y amargura.


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Como bandadas de cuervos... L.A.P.

Como bandadas de cuervos
vuelan mis sueños sobre el trigal de mi memoria.

En eso quedaron: sueños, fantasías, ilusiones.

Me veo como el solitario caminante
del cuadro de Vincent,
con un solemne ciprés vigilando mi soledad.

Pronto llegará el día
en que mi alma vuele junto con los cuervos
en busca de ese cielo que durante toda mi vida
inútilmente quise alcanzar
y me perderé en el horizonte donde muere el día
y ahí donde la realidad se pierde
y sólo existe la fantasía.


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Eres el agua... L.A.P.

Eres el agua que mueve la rueda de mi molino
fluyes lenta, tranquila, con fuerza escondida
haciendo girar la roca del corazón
que muele los granos del trigo del tiempo
para hacer con su harina
la hogaza que alimenta nuestras almas.
Pan que se hornea con el calor
de nuestro viejo, pero constante amor.


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Como un sueño. L.A.P.

Y así fue, como un sueño... un hermoso sueño.

Las sombras se disiparon con el sol de tu mirada
y el pesado fardo de los años quedó en la nada
y el corazón latió con brío.

Así fue ... como un sueño... un hermoso sueño.

Mi vida cobró sentido
y el páramo de la existencia
se convirtió en vergel florido
con la divina magia de tu presencia.

Mas todo sueño tiene un despertar
y tu adiós fue el mío
y las sombras cubren lo que fue radiante
y la ilusión se convirtió en hastío
y vuelvo a ser el caminante
de un sendero lúgubre y vacío.


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s/t L.A.P.

Hoy el sol ha negado su presencia
y el cielo e ha vestido de tristeza.

La nostalgia me asalta
cabalgando en los negros corceles del recuerdo.

Recordar, sublime dolor del alma;
masoquista placer el recordarte.

No sé si tú también lo recuerdas
o si has olvidado
aquellas noches de viento helado
que lamía las calles
con su invisible navaja,
pero que tú, en aquel nido
me dabas tu calor,
aquel calor que llegaba al alma
incendiando mi ser
con el fuego olvidado de mis pasiones.

Llegaste silenciosa como una nube
flotando en el mar de nis ensueños
y también, como una nube, te fuiste
formando parte de mi pasado.


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Silrencio. L.A.P.

Las aristas del silencio,
transparentes cristales,
punzan y sangran mi soledad.

Un rayo de luz
salido de entre las nubes del recuerdo
proyectan en el alma tu imagen.

El vacío se prolonga,
la soledad derrama la sangre del silencio
y un abismo de tristeza se abre,
el vértigo me empuja
y mis manos se aferran a la esperanza,
la inútil esperanza de olvidarte.


-------------------------------------------------------------------------L.A.P.

Palabras de arena. L.A.P.

Palabras de arena que soñaron ser versos,
la más leve brisa los deshace
y esparce y la palabra desaparece.

No quiero que mi palabra quede fija,
atada como un barco anclado,
sino que vuele, pero no en polvo
sino en palabra, en ave que canta.

No busco el metro exacto
ni la rima consonante,
simplemente la imagen que forja el cerebro
y es idea.

Seguiré tomando el polvo de las letras,
tratando de unirlas en palabras,
voces que encierran lo que siento y deseo,
lo que pienso y lo que amo.

Si todo se redujera a esto, la palabra sería breve,
corta e inmensamente hermosa: ¡Tú!


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Como una barca. L.A.P.

Como una barca que se desliza río abajo
así he viajado por la vida.
Vorágines, rápidos, cascadas;
pero también aguas lentas
y remansos tranquilos.

La fuente ha quedado muy lejos
ahora me deslizo por el delta
donde se bifurcan y multiplican los cauces

Guío mi barca por aguas tranquilas
disfrutando la exuberancia del paisaje.

Mi barca no tiene ancla
porque nunca la necesité,
nunca atraqué.

Seguiré adelante con serenidad
hasta que el río desemboque
en el mar de la eternidad.


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s/t. L.A.P.

Entre el amanecer y el ocaso
media una distancia breve
y si al despertar me pareció inmensa
ahora cuando el sol se pone,
me doy cuenta que ha sido leve.

Cuánta omisión, cuánto desperdicio
de tiempo que consideré latente,
hoy confirmo que la pereza es vicio
que sólo vence el que un ideal aliente.

Volar hacia ese imposible
de la estrella de la esperanza
y estar seguro que es posible
si es la voluntad la que nos lanza.

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Nostalgia. L.A.P.

La nostalgia se desliza por el tobogán de los años
y cae suavemente sobre el lago de la memoria
formando círculos concéntricos de recuerdos.

Viejas melodías salpican la reseca playa de la soledad.

El viento del tiempo ha venido erosionando
los acantilados del corazón
donde han hecho su nido las golondrinas de la tristeza.

Espero anhelante que sople la brisa de tu presencia
y las ahuyente
y revoloteen alegres las blancas gaviotas de la esperanza.

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Llegó el adiós. Te pareces a una tarde... L.A.P.

Llegó el adiós,
un adiós inexorable como el tiempo.

Lo sabía y a pesar de ello
mucho me dolió.

Los adioses son como pequeñas muertes,
algo dentro de nosotros muere
y la herida queda
para siempre y duele,
duele siempre.

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Te pareces a una tarde de otoño.

Tienes es nostalgia que tanto quiero.

Son tus ojos tristes, como acacias,
que reflejan tus pesares
como la calle mojada refleja, imprecisa,
la silueta de los árboles.

Tu voz tiene la cadencia del llover menudo
y suena a campanitas
sobre el cristal de mi ventana.


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Verte y amarte. L.A.P.

Mi mirada se posa en ti,
te contemplo porque es así como me adueño de tu ser.

Al mirarte te hago mía,
al nombrarte te beso.

Mi voz suena diferente al pronunciar tu nombre
porque con esa palabra te expreso,
aunque para definirte es necesario consultar
las páginas de la ternura, la belleza,
la comprensión y el amor.

Puedo amarte si verte,
pero es imposible verte sin amarte.

Así es este misterio de amar.

Te amo y te pertenezco.

Soy de ti por ese sentimiento único,
por esa inexplicable e indefinible expresión: "Te amo".
Te amo ahora, en este "presente que es el tiempo verbal
de la eternidad".


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Ausencia. L.A.P.

Bebo tu ausencia sorbo a sorbo,
como un amargo café que no estimula,
un café que quema el alma y me deprime.

Sorbo a sorbo bebo tu olvido
de una taza de recuerdos que no se acaba.

¿Cuándo terminará esta amargura?
No lo sé.

Fue tanto el amor, la ilusión y la ternura
con que llenaste el inmenso vacío de mi vida
que con lo poco que me resta,
si tengo suerte,
sólo acabará con lo que termina todo:
                la muerte.


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El yunque. L.A.P.

La pluma golpea sobre el yunque del papel
tratando de forjar palabras
para adornar las rejas, no de la jaula,
sino del pasamanos en qué apoyar las ideas.

La fragua de tu boca pone al rojo vivo
el acero del pensamiento
extraído de las profundas minas del sentimiento.

La veta no se agota,
mientras más y más excavo
más y más sentimiento brota
y tu boca lo funde para verterlo
en el crisol de tu cuerpo.



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Gotas de música. L.A.P.

Gotas de música que destilan del piano
para ir llenando mi vaso de recuerdos.

La pátina del tiempo diluye la imagen,
rostros que parecen envueltos en la niebla,
pero aún siguen en el inmenso lago de la memoria.

Música, lazo de cristal entre el hoy y el ayer;
a veces una sonrisa; otras, una lágrima
que se abriga en la tibieza de un suspiro.

Apuro de un trago mi vaso de recuerdos
y una suave embriaguez adormece mi alma.


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Solo, sólo sin ti. L.A.P.

No importa la gente, la multitud
porque para estar solo, sólo sin ti.

El monte, el valle, el desierto
su exuberancia o su aridez no existen
porque para estar solo, sólo sin ti.

La soledad no existe si estás tú.

No importa el infinito de los mares,
el oleaje arenoso de los desierto.
el ubérrimo bosque o la enmarañada selva,
si estás tú todo existe
porque para estar solo, sólo sin ti.

Sólo sin ti estoy solo
y ahora estoy solo, solo, solo.

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Sin título. L:A:P:

Llega la tarde ardiente como siempre,
el sol al alcance de la mano
quemando ideas, incinerando intenciones,
anestesiando los sentidos,
calcinando ilusiones.

El verano de mi tierra
ha hincado sus raíces de fuego
en el páramo propicio
y disfruta ejerciendo su oficio
de apagar las voces de los corazones.

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ESPERANZA: sentimiento que había trocado en resignación, pero que tú, con el color de tus ojos, me la has devuelto.

TERNURA: confundida sutilmente con indolencia, pero que tú, con tus manos, me la has enseñado.

PASIÓN: ceniza que has incendiado con tus besos y tu corazón ha conjugado todo para formar una flor para dármela y esa flor se llama ¡amor!

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Moriré. L.A.P.

Moriré,
¿quién que ha nacido no mure?

Mi dolor no es por la muerte,
es la incertidumbre de cómo será.

Quiero morir despacio, lentamente
como un ocaso lleno de fuego
que despide al día con un despliegue de fulgores
y tú, a mi lado sin una lágrima;
nuestras almas enlazadas como nuestras almas,
con un beso, no de adiós, sino hasta pronto.

El alma es eterna y yo creo,
soy un convencido de la bondad del Creador
que en esta vida nos permite un receso
para confirmar la sinceridad de nuestro amor
y después vendrá el reencuentro,
un encuentro que no tendrá temor
sabiendo que nunca más volverá a haber un "hasta luego",
con las manos enlazadas como nuestras almas
y así esperaremos, sin esperar,
el amor que durará una eternidad,


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Amigos. L.A.P.

Cálida reunión de viejos amigos,
de amigos viejos.

Reunión de pedazos de juventudes rotas,
rotas mas no perdidas.

Al reunirnos volvemos a unir las piezas
acomodándolas, pegándolas
con la goma del recuerdo
y forman de nuevo una juventud ya ida,
ida pero nunca jamás perdida.


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Sin título. L.A.P.

Los años van abriendo vacíos.

Lo años, los muchos años,
labran en un acantilado de aire
figuras que se diluyen en la nada.

La alforja está vacía de ilusiones
los años la rompieron y fueron cayendo
mezclándose con las arenas del olvido.

El camino no termina,
es el caminante el que se acaba.

Busca abrigo bajo un árbol sin hojas,
no ha sombras porque la luz se apaga.

Sólo cansancio de hacer y hacer
sin conseguir nada.

Así es, así ha sido:
un caminar haciendo para terminar vacío.

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El borrachito. L.A.P.

Fetidez de fermento y perfume barato;
la amargura apoyada en la palma de la mano
y la vista perdida en un  en un infinito dea vacío.

Palabras soeces entrecortadas por la embriaguez
suenan indiferentes en oídos que no escuchan.

Las abstractas figuras en el aserrín del piso,
trazadas a cada paso y en cada compás
mientras la mano se desliza más y más
hundiendo los dedos en la carne blanda,
impudicia y lubricidad en ofertas de clausura.

Los vinos adulterados como todo y como todos,
queman gargantas y estimulan los ánimos,
pintando más la máscara que esconde a la verdad,
verdad insoportable como el submundo donde habita.

Remedos de hombres y mujeres, carcajadas falsas
como ecos de los apodos y epítetos crueles.

Se abre de golpe la persiana para caer en la sordidez
de la calle y abrazado de un poste que derrama
una luz amarillenta
un hombre llora.

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Tiempo. l.A.P.

El tiempo va lentamente,
inexorable, como cae la noche sobre la tarde.

Cuando se acumulan muchos años
los recuerdos los recuerdos
son inseparables
y magníficos amigos de la soledad;
son ellos, los recuerdos,
quienes mitigan el peso de la edad
y la sangre se revitaliza
y corre por las venas
bombeada por un corazón que ama todavía.

No son las llamaradas efímeras y ardientes,
son como una suave tibieza
que abriga del frío de la incomprensión.

La noche va cantando el 'réquiem' a la tarde
que va apagándose lentamente
tras la silueta sensual de la montaña.

Cae la noche sobre la luz de la vida
y el sueño de los años invade el alma
en un sueño cada vez más largo,
más tranquilo como lo es,
tal vez, el de la muerte.

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Castillo de arena. L.A.P.

Soy una figura sobre la arena trazada durante la marea baja.

Un pequeño castillo con torres almenadas,
ese castillo soy yo.

Cuidadosamente le doy forma, comprimo la arena
para que no se caigan las ventanas,
ni las almenas, ni el foso que lo rodea.

Busco entre los trebejos de mi corazón una tablita
para ponerla de puente y puedan entrar los que quieran.

Cae la tarde, la marea sube y la primera ola
toda mi obra se destruye,
el agua se desliza con suavidad sobre mi castillo
como una caricia y los recios muros cayeron,
los creía inexpugnables y se derrumbaron al leve roce de la ola.

Mañana, cuando la marea baje, comenzaré a construir otro...
así ha sido siempre.


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Manos trémulas.

Cuando las manos se vuelven trémulas,
cuando el corazón debilita su palpitar,
cuando el cuerpo no responde con fuerza
es cuando el sentimiento se vuelve más suave,
con esa suavidad y ternura que la juventud no conoce,
Los ojos se abren más en un afán de captarlo todo;
los años van forjando la llave que abre un gran cofre
para llenarlo con los tesoros que la mocedad desperdició.

Ahora deseo con más vehemencia
en una ansia de prodigar
con creces la dulzura del sentimiento
y derramar la suave brisa de la ternura.

Pero...¿a quién le importa un viejo?

A pesar de que el vino nuevo
jamás tendrá la suavidad y dulzura
del vino añejo.


------------------------------------------------------------l.a.p.

Tiempo. L.A.P.

El tiempo y tú no se llevan,
él te ha abandonado,
te ha dejado a un lado,
pero conmigo se queda, se acumula.

La piel se aja y se reseca,
el cabello desaparece
y mis manos tiemblan como hojas de álamo
agitadas por el viento.

En cambio tú sigues igual:
la frescura de tus labios,
la tersura de tu piel
y la ternura de tu mirada.

El tiempo te ha olvidado
o ¿seré yo quien lo ha detenido en ti.

No importa.

Es el amor quien tiene la virtud
de que ante mis ojos
estés siempre en una eterna juventud.

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