Me reflejo en las uvas de tus ojos
y mi vida cobra vida con tu cuerpo.
Tus ojos, dos gotas de tinta negra
que escriben "amor" sobre mi alma;
y son tus manos dos pétalos blancos
en las tiernas ramas de tus brazos,
mis manos ajadas tremolan,
como banderas rotas,
alrededor de tu cintura.
Mi viejo corazón agradece tu presencia,
su palpitar se hace fuerte
y en cada latido dice tu nombre.
Me gustan las palabras de amor que no pronuncias,
sólo las escribes con tus labios en mi boca.
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