Un yucateco andaba buscando chamba en Jalisco y llegó a una hacienda. El charro lo vio vestido de blanco con su guayabera-
-Qu'ihuo, amigo. En qué le puedo servir?
El yucateco, con su clásico acento, contesta:
-Ando buscando trabajo.
Ah... Y sabe usté de cosas del rancho? Domar caballos? etc.
Claro que sí -contesta el yucateco. Entonces el charro le entrega una reata chavinda y le dice:
-A ver, floréeme la riata.
El yucateco mira la reata y luego se le ilumina la cara y dice:
-Tito tito capotito, qué bonita reata tienes!
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